3. Quieres ser la solución a todos
los problemas de tu cliente
Otro error
muy común, especialmente en el campo de los profesionales autónomos, es
ofrecernos para hacer cosas que no encajan dentro de nuestra propuesta de valor
solamente para "asegurar al cliente". Está bien que quieras ofrecer
valores agregados y que quieras satisfacer a tus clientes, pero esto no
significa que debas aceptar hacer cosas que impliquen un desgaste injustificado
para ti o que pongan en riesgo tu imagen profesional.
Desde el
principio deja claro cuál es tu enfoque y cuál es tu propuesta de valor para
que el cliente te perciba como un profesional especialista en lo que hace, de
esta manera su percepción de valor con respecto a ti y tus servicios, será
mayor.
4. No hay coherencia en tu propuesta de valor
Todos los
elementos de tu propuesta de valor deben ser congruentes y acordes con el
precio que estás cobrando. Los detalles son importantes cuando se trata de
crear valor.
Si vas a una
joyería, notarás que los productos más costosos se encuentran en mostradores
separados y que su empaque posee detalles que buscan transmitir la sensación de
exclusividad, poder, elegancia y otros elementos que son importantes para quienes
compran joyería fina. Sin estos elementos, la percepción de valor del cliente
se vería afectada y posiblemente no estaría dispuesto a pagar el precio por la
joya.
Detalles
como el empaque y presentación del producto, ambientación de tu negocio, organización,
limpieza, atención y tu presentación personal, harán que el cliente se sienta
más seguro y confiado a la hora de pagar lo que estás cobrando
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