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martes, noviembre 12, 2024

Arte abstracto y tu cerebro

 




¿Alguna vez has visto un cuadro de Jackson Pollock y te has preguntado qué demonios está pasando?

¡No te preocupes, eres totalmente normal! Muchos de nosotros sentimos cierta confusión al principio frente al arte abstracto. Pero ¿sabías que tu cerebro en realidad ama este tipo de desafío?

Es como un rompecabezas que pide a gritos ser resuelto. Y aunque parezca un caos de colores y formas, los artistas abstractos como Kandinsky, Miró o Klee buscaban algo más que simplemente pintar bonito. Querían expresar sus sentimientos más profundos, sus recuerdos y sus sueños a través del color y la forma.

¿Por qué nos gusta lo abstracto? Pues porque nos saca de nuestra zona de confort y nos invita a explorar nuestro mundo interior. Es como un viaje a un lugar desconocido, donde todo es posible. Y lo mejor de todo es que cada persona ve cosas diferentes en estas obras, ¡así que tu interpretación es única!

La ciencia también apoya esta idea. Estudios han demostrado que el arte abstracto activa partes de nuestro cerebro relacionadas con las emociones y la creatividad. ¡Así que la próxima vez que veas un cuadro abstracto, no lo descartes! Sumérgete en él y déjate llevar por tu imaginación.

lunes, marzo 27, 2023

Las Distorsiones Cognitivas - Destruye vida profesional y personal


Recordemos  los siguientes conceptos antes de la lectura. 

El concepto de cognición: (del latín: cognoscere, "conocer") hace referencia a la facultad de procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información.
La psicología cognitiva: es como se denota a los sistemas en psicología que se encargan del estudio de la cognición, es decir, los procesos mentales implicados en el conocimiento. Tiene como objeto de estudio los mecanismos básicos y profundos por los que se elabora el conocimiento, desde la percepción, la memoria y el aprendizaje, hasta la formación de conceptos y razonamiento lógico.
Lo cognitivo: es aquello que pertenece o que está relacionado al conocimiento. Éste, a su vez, es el cúmulo de información que se dispone gracias a un proceso de aprendizaje o a la experiencia.

Las distorsiones cognitivas

Uno de los primeros pasos para avanzar en el control de nuestra mente, es darnos cuenta de que ésta tiene un importante papel en el manera en como percibimos el mundo. Pese a que a menudo nos da la impresión de que son las circunstancias externas las que determinan cómo nos sentimos, observando atentamente nuestras reacciones descubriremos que nuestros pensamientos tienen un importante papel mediador entre nosotros y la realidad. Así, el “diálogo interno”  que forman estos pensamientos tiene una importante repercusión en nuestro estado emocional.

Aaron Beck y Albert Ellis, (fundadores de la terapia  cognitiva), observaron que a menudo nuestros pensamientos, lejos de ser fieles a la realidad, hacen que tengamos una imagen distorsionada de la misma. Además, estos autores observaron durante su práctica clínica que los sesgos suelen repetirse, de manera que los agruparon en lo que hoy se conoce como “distorsiones cognitivas”. Algunas de las principales son las siguientes:

01. Pensamiento polarizado o dicotómico: consiste en clasificar las cosas en términos extremos u opuestos (ej: todo o nada, blanco o negro, bueno o malo) sin tener en cuenta las posibilidades intermedias.

02. Visión catastrofista: de entre las distintas opciones, pensar que siempre va a ocurrir lo peor (ej: como mi hijo se retrasa al llegar a casa pienso que le ha pasado algo horrible).

03. Personalización: tendencia a pensar que lo que ocurre a nuestro alrededor está relacionado con nosotros (ej: Tu jefe llega de mal humor y tu piensas que es porque está molesto contigo porque has hecho algo mal).

04. Sobregeneralización: sacar conclusiones generales de hechos particulares (ej: como hoy has olvidado los documentos de la empresa en casa, eres un fracasado y nunca voy a hacer nada bueno en la vida).

05. Filtraje o abstracción selectiva: valorar una situación global como negativa debido a que hay algunos elementos que son negativos sin tener en cuenta otras características (ej: no aguanto que..., es insoportable...).

06. Interpretación de pensamiento: suponer los pensamientos o intenciones de los demás sin prueba alguna  (ej: eso lo dice por..., eso se debe a...).

07. Deberías: mantener reglas rígidas y exigentes sobre cómo tienen que ser la cosas (ej: yo debería ser..., yo no debería sentir...).

08. Etiquetaje: poner etiquetas globales a nosotros mismos o a los demás sin tener en cuenta otros matices (ej: soy un..., es una...).

09. Falacia de justicia: creer que todo debe ocurrir de una manera determinada y que si no es así es injusto (ej: no ya derecho a..., es injusto que...).

10. Razonamiento emocional: creer que si uno se siente de una manera determinada entonces es verdad que tiene que haber un motivo real para sentirse así (ej: si siento tantos celos será porque hay razones para tener sospechas).

11. Descalificar lo positivo: quitar importancia, ignorar o desvalorizar repetidamente las experiencias positivas, centrándose principalmente en lo que va mal (ej: ante que otro me señala que hay algo bueno en mi o en mi vida pensar: si pero y enunciar alguna cosa que no va tan bien).

12. Adivinación: predecir o profetizar el resultado de los eventos antes de que sucedan (ej: el examen me va a ir fatal).

13. Sesgo confirmatorio: atender únicamente a aquella información que confirme mis ideas preconcebidas sobre la realidad (ej: si pienso que alguien es egoísta tenderé a fijarme y a recordar más los comportamientos que confirmen mi idea de que es así).

Todas estas distorsiones suponen una visión simplificada y desajustada de la realidad, cosa que a menudo hace que surjan en nosotros emociones desagradables. El primer paso para combatirlas es tomar consciencia de que existen. Estar atentos a nuestro diálogo interno y esforzarnos por detectar términos simplificadores y absolutistas como “siempre”, “nunca”, “injusto”, “bueno”, “malo”, “debería”, “no debería”...nos puede facilitar la tarea.

A veces la vida nos pone ante difíciles circunstancias, vale la pena conocer bien nuestro funcionamiento para no añadir a nuestra situación sufrimiento innecesario. La mente y sus pensamientos son un arma de doble filo: convertir nuestro diálogo interno en un discurso realista que nos sirva para motivarnos y no en un relato catastrófico que contribuya a que nos hundamos.


Esto está en nuestras manos y requiere, como la mayoría de los cambios importantes de la vida, un esfuerzo de atención y constancia que sin duda se verá recompensado en Nuestro Hogar, En Nuestro Trabajo y en todo nuestro diaria…