Pocas personas en la actualidad conocen el significado de la
palabra polimatía. Ello
no es de extrañar pues dicho fenómeno no es tan común en nuestro tiempo como lo
fue durante el Renacimiento.
La polimatía no
es más que una condición que se da en algunas personas, según la cual poseen un
amplio espectro de habilidades intelectuales y de aprendizaje. La figura
renacentista que nos viene inmediatamente a la mente es Leonardo Da
Vinci. Hoy
hablaremos un poco sobre esta extraña capacidad humana y su relación con la especialización.
La polimatía
es el dominio de áreas distintas del conocimiento. Un polímata puede ser un
gran conocedor de temas muy variados y no relacionados entre sí. Como es
lógico, muy pocas personas tienen esta singularidad. Entre ellos podríamos
destacar a tres personajes: Leonardo da Vinci, Aristóteles y Thomas Jefferson.
Polimatía vs. Especialización
El polímata
es alguien con una curiosidad infinita y, por consiguiente, alguien
excepcional. En la actualidad resulta difícil encontrar personas como
Jefferson, Aristóteles o Leonardo. Como norma general, la inquietud intelectual
se orienta hacia un ámbito concreto del conocimiento. Así, frente a la
polimatía de otras épocas, se puede hablar de la especialización como tendencia
general en nuestros días.
La especialización tiene dos caras
diferenciadas
Es positiva porque el individuo que conoce a
fondo una materia concreta se puede convertir en un profesional de éxito en su
sector.
Es negativa porque la exclusividad en el
conocimiento puede implicar un grado de ignorancia sobre temas de cultura
general. Como es lógico, lo ideal sería tener una cultura amplia sobre asuntos
muy diversos y, al mismo tiempo, apostar por la especialización.
Claves para entender la polimatía
Además de la
inmensa curiosidad por el saber y una vasta cultura, los polímatas son
individuos que saben pensar con planteamientos creativos. En este sentido, son
capaces de relacionar conocimientos distintos o de crear nuevas ideas a partir
de las ya adquiridas.
También se
utilizan los términos «erudito», «hombre renacentista» u «hombre del
renacimiento» y, con menos frecuencia, «homo universalis»4(expresión latina
que podría traducirse como «hombre de espíritu universal»). Este concepto fue
desarrollado durante el Renacimiento italiano (uomo universale) por uno de sus
máximos representantes, el arquitecto Leon Battista Alberti, quien afirmó que:
“El artista
en este contexto social no debe ser un simple artesano, sino un intelectual
preparado en todas las disciplinas y en todos los terrenos.”