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lunes, marzo 20, 2023

sábado, marzo 18, 2023

Proceso basico del diseño...






El proceso de diseñar, suele implicar las siguientes fases:

1. Observar y analizar el medio en el cual se desenvuelve el ser humano, descubriendo alguna necesidad.

2. Evaluar, mediante la organización y prioridad de las necesidades identificadas.

3. Planear y proyectar proponiendo un modo de solucionar esta necesidad, por medio de planos y maquetas, tratando de descubrir la posibilidad y viabilidad de la(s) solución(es).

4. Ver, construir y ejecutar llevando a la vida real la idea inicial, por medio de materiales y procesos productivos.

Estos cuatro actos, se van haciendo uno tras otro, y a veces continuamente. Algunos teóricos del diseño no ven una jerarquización tan clara, ya que estos actos aparecen una y otra vez en el proceso de diseño.
Hoy por hoy, y debido al mejoramiento del trabajo del diseñador (gracias a mejores procesos de producción y recursos informáticos), podemos destacar otro acto fundamental en el proceso:
Diseñar como acto cultural implica conocer criterios de diseño como presentación, producción, significación, socialización, costos, mercadeo, entre otros. Estos criterios son innumerables, pero son contables a medida que se definen los proyectos del diseño

miércoles, marzo 15, 2023

Destrezas esenciales para la vida

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La escuela se convierte simplemente en un instrumento para limitar nuestra mente. En vez de potenciar el pensamiento autónomo y la búsqueda del conocimiento, se convierte en una serie de recetas compuestas por antiguas leyes y teoremas que debemos aprender de memoria. De esta forma, corremos el riesgo de perder algunas de nuestras capacidades más valiosas, como la creatividad y la imaginación.

Mientras aprendemos teoremas y decimales, mientras desarrollamos el pensamiento lógico, algunas de nuestras capacidades más importantes se descuidan. Es como si contratásemos a un jardinero y este solo se dedica a podar las plantas, olvidando que también deben ser regadas, alimentadas y protegidas. Siguiendo esta estrategia, es muy poco probable que el jardín crezca y prospere, al máximo, podrá sobrevivir.

1 Valorar el tiempo. El tiempo es la posesión más valiosa que tenemos pero, curiosamente, también es algo de lo que nos desprendemos con asombrosa facilidad. Por supuesto, es fácil olvidar el valor que tiene cuando acudimos todos los días a una escuela en la que aprendemos contenidos que no nos interesan y que no tienen aplicaciones prácticas. Sin embargo, cuando comenzamos a pensar en términos de tiempo, nuestra vida puede dar un vuelco radical ya que somos capaces de darle a cada cosa su justa medida. Saber organizar el tiempo y planificar el día a día es una de las habilidades más importantes que podemos desarrollar a lo largo de nuestra vida, pero todo empieza siendo conscientes de la enorme importancia y el valor del tiempo.

2. Descubrirse. A lo largo de los años, vamos interpretando diferentes papeles sociales, nos convertimos en amigos, padres, profesionales, vecinos… De esta forma, es fácil perder nuestra identidad, olvidar cuáles eran nuestros sueños y aspiraciones. De hecho, no es inusual que uno de los roles sociales que interpretamos día tras día, termine creciendo tanto que se apropie de nuestro “yo”, debilitándolo y acallándolo. Sin embargo, para vivir de forma plena, es necesario estar en sintonía con ese “yo” más íntimo, que continúa acariciando pasiones y asombrándose ante la vida. Si perdemos ese “yo”, si dejamos que los roles sociales lo atrofien y dicten lo que debemos hacer, simplemente estaremos cavando nuestra propia tumba.

3. Sentir gratitud. La gratitud es un secreto bien guardado, es uno de los caminos que nos conduce directamente a la felicidad, aunque la mayoría de las personas la subestima. Cuando somos capaces de experimentar gratitud y la expresamos, somos mucho más felices. No se trata simplemente de dar las gracias cuando alguien nos hace un favor, que es lo que nos enseñan en la escuela, sino de buscar activamente motivos para sentirnos agradecidos. Se trata de aprender a centrarse en lo que tenemos, más que lamentarnos por lo que no tenemos, de aprender a valorar las pequeñas cosas y sentirnos agradecidos por ellas.
4. Buscar el equilibrio. La escuela nos enseña a esforzarnos, a trabajar duro para obtener mejores calificaciones. Sin embargo, no nos enseña cómo balancear el resto de las esferas de nuestra vida, para sentirnos más satisfechos. Por eso, no es extraño que haya personas completamente dedicadas al trabajo, que no tienen tiempo libre y que descuidan a sus familias. Cuando no tenemos el sentido del equilibrio, no sabemos priorizar y corremos el riesgo de descuidar precisamente las áreas que más satisfacción nos pueden brindar. Sin embargo, vivir de forma equilibrada es una habilidad esencial para lograr la felicidad, para desarrollar al máximo todo nuestro potencial. De lo contrario, nos convertimos en una versión triste y limitada de lo que podríamos haber sido.

5. Lidiar con la adversidad. Antes o después, la adversidad llamará a nuestra puerta. Cuando eso ocurra, es mejor estar preparados. Sin embargo, nadie nos ha enseñado a enfrentar los problemas poniendo buena cara ni nos ha dicho que cada crisis también encierra una oportunidad. La resiliencia es una capacidad esencial para no derrumbarse y salir fortalecidos de los problemas, pero es algo que aprendemos al azar, después de recibir los golpes de la vida. Sin embargo, se ha apreciado que las personas que perciben desde el primer momento los problemas como oportunidades para crecer, enfrentan mejor los obstáculos. De hecho, un estudio realizado en el King’s College Hospital de Londres desveló que, ante las mismas condiciones clínicas, las personas que enfrentan el cáncer con una actitud fatalista y de impotencia tienen peor pronóstico que quienes muestran un espíritu combativo y se comportan de forma resiliente.

6. Manejar las emociones. La sociedad, en su conjunto, no nos enseña a manejar las emociones, sino más bien a ocultarlas o reprimirlas. Al catalogar las emociones como positivas o negativas, deseadas o indeseadas, asumimos que algo anda mal en nosotros cuando nos enfadamos e irritamos, o cuando nos sentimos tristes. La demonización de algunas emociones y la exaltación de la Psicología Positiva han hecho que muchas personas se sientan inadecuadas. Sin embargo, las emociones forman parte de nosotros y no son positivas ni negativas, simplemente son indicadores y, como tal, debemos asumirlas. Lo importante no es la reacción emocional, que en muchos casos es automática, sino cómo manejamos posteriormente esa ira o esa tristeza. Reconocer nuestras emociones y saber canalizarlas es una habilidad esencial que muy pocas personas logran desarrollar pero que determinará toda nuestra vida.

7. Comprender el error. La escuela penaliza duramente los errores, transmitiendo la idea de que equivocarse no está bien. Las calificaciones no tienen en cuenta el esfuerzo ni a la persona, tan solo los aciertos y los errores cometidos. Después de varios años, no es extraño que terminemos sintiendo una verdadera aversión por los errores. De hecho, algunas personas incluso son incapaces de avanzar porque el miedo a equivocarse ha aplastado su motivación. Sin embargo, en la vida real, la mayoría de los aprendizajes llegan a través del ensayo-error, debemos equivocarnos para aprender. Por tanto, los errores simplemente nos indican que estamos un paso más cerca de lograr nuestra meta, porque hemos descartado un camino. Los errores son aprendizajes que nos permiten crecer, no pesadas piedras que debemos arrastrar para que generen sentido de culpa.

lunes, marzo 13, 2023

Cómo dejar de ser impulsivo: técnicas y estrategias efectivas


 

Existen distintos grados de impulsividad. Si sueles reflexionar sobre las consecuencias de aquellas acciones que han estado marcadas por la impulsividad, y te arrepientes por haber actuado de este modo cuando una vez calmada la emoción te planteas otras formas de actuación, recuerda que la toma de conciencia sobre un límite determinado es un buen primer paso para poder influir en él de manera significativa.

 

4 características de las personas impulsivas según la psicología

¿Cuáles son los rasgos frecuentes que pueden darse en una persona impulsiva? A continuación te ofrecemos el significado de impulsivo según la psicología:

 

1. Sienten la urgencia de la inmediatez

Es cierto que el presente es el tiempo real en el que se encuentra una persona, sin embargo, aprender a esperar es uno de los aprendizajes necesarios a nivel humano. Una persona impulsiva no se centra tanto en reflexionar sobre la importancia de elegir un momento oportuno para un fin determinado, se ven determinadas por la gratificación inmediata. La urgencia de la inmediatez es la manifestación del mundo interior reforzado por la corriente de la impaciencia.

 2. Cambios de humor

Una de las consecuencias de la impulsividad es que la persona puede sufrir cambios bruscos de humor sin que el interlocutor de la conversación hubiese previsto ese giro de guión de manera anticipada. Esta irascibilidad irrumpe, en apariencia, de manera imprevisible. Episodios que pueden producirse, por ejemplo, ante la baja tolerancia a la frustración tras un suceso que rompe con las expectativas depositadas en un fin específico.

 3. Dificultades para cumplir con la gestión de la agenda

Una persona impulsiva es víctima de sus propios impulsos. Puntos de inflexión que pueden romper con el ritmo de la jornada en relación con las tareas previstas para ese momento, sencillamente, porque el tiempo no solo puede medirse en términos de reloj, sino también, en términos emocionales. Una persona impulsiva siente que su ritmo interno se ve alterado con relativa frecuencia a partir de la propia desorganización.

 4. No medir las consecuencias de los actos o de las palabras

La fuerza de la impulsividad irrumpe en el ánimo del protagonista que actúa de un modo determinado, sin haberse parado a pensar con la calma deseada en ese asunto específico. De este modo, no ha anticipado posibles riesgos de esa acción. La impulsividad, además, se manifiesta en el hecho de que el protagonista no vive este episodio en ocasiones puntuales sino de forma periódica.

 

Técnicas y estrategias efectivas para dejar de ser tan impulsivo

¿Qué puedes hacer, a partir de ahora, para prevenir la impulsividad? ¿Cómo puedes dejar de ser tan impulsivo? Toma nota de las siguientes técnicas:

 1. Cuenta hasta cinco

Esta idea comienza a ser efectiva cuando se aplica en la práctica, es decir, cuando realmente la ejercitas en la experiencia. Intenta darte un tiempo determinado, aunque sea breve, para romper con esa secuencia repetida que la impulsividad produce en tu vida dando un giro a la situación al recordar que tú tienes el control. Para incrementar tu empoderamiento personal, identifica una situación repetida de tu vida en la que la impulsividad es habitual. Al contextualizar esta información, puedes empezar a trabajar en tu propio crecimiento interior poniendo el punto de atención en un punto específico.

 2. Sal a dar un paseo

Tal vez no siempre que experimentes una situación de este tipo tengas las condiciones ideales de tiempo para salir a la calle a caminar, sin embargo, es probable que sí puedas tomarte unos minutos para cambiar de estancia, abrir la ventana y dejar que entre aire nuevo. A veces, cambiar de lugar, puede ayudarte a influir positivamente en la emoción de la que partes.

 3. Crea un mantra

Intenta que este mantra conecte con la idea de que las acciones tienen consecuencias de las que tú eres responsable cuando actúas de este modo. A partir del efecto de la repetición de una frase que puedes asimilar poco a poco, es recomendable que cuando la emoción de la impulsividad te lleve al corto plazo, tú intentes llevar tu mirada al futuro inmediato para darte cuenta de que esta manera de actuar va a producir un efecto que tal vez no desees.

 4. Busca actividades a largo plazo

Por ejemplo, si te apuntas a un curso trimestral, asume el compromiso de asistir a todas las clases y cumple este propósito ya que en cada acto de superación estás educando tu propia constancia como terapia frente a la impulsividad. Piensa en un premio que te darás a ti mismo cuando hayas logrado esta meta, pero ese premio solo tiene valor si realmente esperas hasta el momento oportuno. Si te anticipas en este placer emocional, entonces, estás alimentando tu propia impulsividad. Para motivarte, comienza con retos sencillos.

 5. Ayuda psicológica

En algunos casos, puede ser necesario solicitar la ayuda de un experto puesto que, además de la impulsividad, también conviene considerar las particularidades de cada caso.

 

Tratamiento para personas impulsivas

La toma de conciencia sobre un asunto determinado es el paso más significativo para poder cambiarlo, por ello, si quieres saber cómo dejar de ser tan impulsivo, te ofrecemos estas reflexiones finales:

 La impulsividad afecta a tus relaciones personales porque, a veces, los demás no entienden tu comportamiento ante determinadas situaciones. Y esta confusión afecta a la calidad del vínculo.

La impulsividad afecta a la relación que tienes contigo mismo y te produce una tensión que te roba una energía que podrías destinar a un fin más constructivo en tu vida.

Cuando justificas tu impulsividad, no asumes tu responsabilidad sobre tu propia vida. Mientras actúas de este modo, se repite el mismo esquema.

Existen pensamientos alternativos; solo tienes que buscarlos. Aunque cuando vives una situación de impulsividad, la interpretación lineal de la realidad parece el único discurso posible, en realidad, existen alternativas. Solo tienes que buscarlas y tenerlas en cuenta.

La gestión emocional es un aprendizaje posible que puede darte herramientas para gestionar situaciones que ahora te desbordan. Por tanto, la formación en inteligencia emocional también es una inversión positiva.

sábado, marzo 11, 2023

Sabes que es el arte Chicha... ?

 


La cultura chicha se ha fortalecido en los últimos años y una muestra clara de ello es justamente el arte gráfico. Sus trabajos son muy coloridos y llaman pronto la atención, este es un tema del que nadie puede sentirse ajeno porque lo tenemos en nuestras calles día a día y debemos aprender a valorarlo como lo que es, ARTE.

El ‘arte chicha’ nace a finales de los años 60, cuando se produjo una intensa migración en Lima, principalmente de la población andina. Así, se dio un proceso de adaptación, donde los inmigrantes, fusionaron la cumbia colombiana, que estaba muy de moda en esa época, con su música tradicional que es el huayno, surgiendo la así ‘la chicha’.

Este arte es muy fácil reconocer, siempre llama la atención, guste o no, siempre es llamativo, va más allá de lo tradicional y lo vemos en todas partes, en los carteles o afiches, que se caracterizan por colores extremadamente llamativos, como el fucsia, el verde, el amarillo, entre otros. Por lo general, estos no llevan imágenes, pero si en el caso los tuviera, los más representativos son la cara de un tigre o Sarita Colonia. La tipografía es gruesa sin serif, imponente y con muchas curvas.

Es así como esta fusión de muchos colores y letras extremadamente grandes describe a lo que se llama “arte chicha





                                         

miércoles, abril 25, 2018

Descubre si eres un polimata - (En tendencia)




Pocas personas en la actualidad conocen el significado de la palabra polimatía. Ello no es de extrañar pues dicho fenómeno no es tan común en nuestro tiempo como lo fue durante el Renacimiento.

La polimatía no es más que una condición que se da en algunas personas, según la cual poseen un amplio espectro de habilidades intelectuales y de aprendizaje. La figura renacentista que nos viene inmediatamente a la mente es Leonardo Da Vinci. Hoy hablaremos un poco sobre esta extraña capacidad humana y su relación con la especialización.

La polimatía es el dominio de áreas distintas del conocimiento. Un polímata puede ser un gran conocedor de temas muy variados y no relacionados entre sí. Como es lógico, muy pocas personas tienen esta singularidad. Entre ellos podríamos destacar a tres personajes: Leonardo da Vinci, Aristóteles y Thomas Jefferson.

Polimatía vs. Especialización
El polímata es alguien con una curiosidad infinita y, por consiguiente, alguien excepcional. En la actualidad resulta difícil encontrar personas como Jefferson, Aristóteles o Leonardo. Como norma general, la inquietud intelectual se orienta hacia un ámbito concreto del conocimiento. Así, frente a la polimatía de otras épocas, se puede hablar de la especialización como tendencia general en nuestros días.

La especialización tiene dos caras diferenciadas

Es positiva porque el individuo que conoce a fondo una materia concreta se puede convertir en un profesional de éxito en su sector.

Es negativa porque la exclusividad en el conocimiento puede implicar un grado de ignorancia sobre temas de cultura general. Como es lógico, lo ideal sería tener una cultura amplia sobre asuntos muy diversos y, al mismo tiempo, apostar por la especialización.

Claves para entender la polimatía
Además de la inmensa curiosidad por el saber y una vasta cultura, los polímatas son individuos que saben pensar con planteamientos creativos. En este sentido, son capaces de relacionar conocimientos distintos o de crear nuevas ideas a partir de las ya adquiridas.


También se utilizan los términos «erudito», «hombre renacentista» u «hombre del renacimiento» y, con menos frecuencia, «homo universalis»4​(expresión latina que podría traducirse como «hombre de espíritu universal»). Este concepto fue desarrollado durante el Renacimiento italiano (uomo universale) por uno de sus máximos representantes, el arquitecto Leon Battista Alberti, quien afirmó que:

“El artista en este contexto social no debe ser un simple artesano, sino un intelectual preparado en todas las disciplinas y en todos los terrenos.”



lunes, enero 16, 2017

jueves, enero 12, 2017

miércoles, enero 11, 2017