Recordemos los siguientes conceptos antes de la lectura.
El concepto de cognición: (del latín: cognoscere, "conocer") hace referencia a la facultad de procesar información a partir de la percepción, el conocimiento adquirido (experiencia) y características subjetivas que permiten valorar la información.
La psicología cognitiva: es como se denota a los sistemas en psicología que se encargan del estudio de la cognición, es decir, los procesos mentales implicados en el conocimiento. Tiene como objeto de estudio los mecanismos básicos y profundos por los que se elabora el conocimiento, desde la percepción, la memoria y el aprendizaje, hasta la formación de conceptos y razonamiento lógico.
Lo cognitivo: es aquello que pertenece o que está relacionado al conocimiento. Éste, a su vez, es el cúmulo de información que se dispone gracias a un proceso de aprendizaje o a la experiencia.
Las distorsiones
cognitivas
Uno de los primeros pasos para avanzar en el control de
nuestra mente, es darnos cuenta de que ésta tiene un importante papel en el
manera en como percibimos el mundo. Pese a que a menudo nos da la impresión de
que son las circunstancias externas las que determinan cómo nos sentimos, observando
atentamente nuestras reacciones descubriremos que nuestros pensamientos tienen
un importante papel mediador entre nosotros y la realidad. Así, el “diálogo
interno” que forman estos pensamientos
tiene una importante repercusión en nuestro estado emocional.
Aaron Beck y Albert Ellis, (fundadores de la terapia cognitiva), observaron que a menudo nuestros
pensamientos, lejos de ser fieles a la realidad, hacen que tengamos una imagen
distorsionada de la misma. Además, estos autores observaron durante su práctica
clínica que los sesgos suelen repetirse, de manera que los agruparon en lo que
hoy se conoce como “distorsiones cognitivas”. Algunas de las principales son
las siguientes:
01. Pensamiento
polarizado o dicotómico: consiste en clasificar las cosas en términos
extremos u opuestos (ej: todo o nada, blanco o negro, bueno o malo) sin tener
en cuenta las posibilidades intermedias.
02. Visión
catastrofista: de entre las distintas opciones, pensar que siempre va a
ocurrir lo peor (ej: como mi hijo se retrasa al llegar a casa pienso que le ha
pasado algo horrible).
03. Personalización:
tendencia a pensar que lo que ocurre a nuestro alrededor está relacionado con
nosotros (ej: Tu jefe llega de mal humor y tu piensas que es porque está molesto
contigo porque has hecho algo mal).
04. Sobregeneralización:
sacar conclusiones generales de hechos particulares (ej: como hoy has olvidado
los documentos de la empresa en casa, eres un fracasado y nunca voy a hacer
nada bueno en la vida).
05. Filtraje o
abstracción selectiva: valorar una situación global como negativa debido a
que hay algunos elementos que son negativos sin tener en cuenta otras
características (ej: no aguanto que..., es insoportable...).
06. Interpretación de
pensamiento: suponer los pensamientos o intenciones de los demás sin prueba
alguna (ej: eso lo dice por..., eso se
debe a...).
07. Deberías: mantener
reglas rígidas y exigentes sobre cómo tienen que ser la cosas (ej: yo debería
ser..., yo no debería sentir...).
08. Etiquetaje:
poner etiquetas globales a nosotros mismos o a los demás sin tener en cuenta
otros matices (ej: soy un..., es una...).
09. Falacia de
justicia: creer que todo debe ocurrir de una manera determinada y que si no
es así es injusto (ej: no ya derecho a..., es injusto que...).
10. Razonamiento
emocional: creer que si uno se siente de una manera determinada entonces es
verdad que tiene que haber un motivo real para sentirse así (ej: si siento
tantos celos será porque hay razones para tener sospechas).
11. Descalificar lo
positivo: quitar importancia, ignorar o desvalorizar repetidamente las
experiencias positivas, centrándose principalmente en lo que va mal (ej: ante
que otro me señala que hay algo bueno en mi o en mi vida pensar: si pero y
enunciar alguna cosa que no va tan bien).
12. Adivinación:
predecir o profetizar el resultado de los eventos antes de que sucedan (ej: el
examen me va a ir fatal).
13. Sesgo
confirmatorio: atender únicamente a aquella información que confirme mis
ideas preconcebidas sobre la realidad (ej: si pienso que alguien es egoísta
tenderé a fijarme y a recordar más los comportamientos que confirmen mi idea de
que es así).
Todas estas distorsiones suponen una visión simplificada y
desajustada de la realidad, cosa que a menudo hace que surjan en nosotros
emociones desagradables. El primer paso para combatirlas es tomar consciencia
de que existen. Estar atentos a nuestro diálogo interno y esforzarnos por
detectar términos simplificadores y absolutistas como “siempre”, “nunca”,
“injusto”, “bueno”, “malo”, “debería”, “no debería”...nos puede facilitar la
tarea.
A veces la vida nos pone ante difíciles circunstancias, vale
la pena conocer bien nuestro funcionamiento para no añadir a nuestra situación
sufrimiento innecesario. La mente y sus pensamientos son un arma de doble filo:
convertir nuestro diálogo interno en un discurso realista que nos sirva para
motivarnos y no en un relato catastrófico que contribuya a que nos hundamos.
Esto está en nuestras
manos y requiere, como la mayoría de los cambios importantes de la vida, un
esfuerzo de atención y constancia que sin duda se verá recompensado en Nuestro
Hogar, En Nuestro Trabajo y en todo nuestro diaria…
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