domingo, diciembre 23, 2012

Técnica de dibujo : Técnica del carboncillo

Las barras de carboncillo son uno de los primeros materiales de dibujo con los que se empieza a trabajar cuando una persona quiere aprender muy bien a dibujar y para ello, debe practicar mucho. Se trata de finas ramitas tostadas hasta el punto ideal. Estas barritas son lo bastante blandas para deshacerse sin esfuerzo conforme la vamos rozando contra los papeles pero lo suficientemente duras para cogerlas, manejarlas y permitir que nuestra mano empiece a tomar experiencia y agilidad.

La técnica del carboncillo se acompaña de los siguientes materiales:
Los carboncillos, de diferentes medidas o grosores. Los gruesos son para manchar amplias zonas y los más pequeños para dibujar detalles.
Para difuminar se utilizan los difuminos (también de varios grosores), esponjas, un trapo de algodón y algodones (un bastoncillo de los oídos también puede servir).
Para remarcar el dibujo se utiliza lápiz conté (negro y graso), para oscurecer. Y para crear luces (sobre todo si se utilizan papeles oscuros) se pueden sacar luces con los elementos de rectificación como las gomas moldeables o se puede usar tiza o pastel blanco que se aplica encima del dibujo.
Para rectificar o eliminar exceso de carbón lo primero que se puede hacer es soltarlo con un pincel seco y soplando con cuidado. Después se usan primero los algodones y difuminos y por último, cuando no hay forma de extraer el carbón de otro modo, las gomas modelables para carboncillos. Estas gomas se pueden modelar, es decir, darle una forma para así rozar la zona con el tamaño ideal. La tiza o pastel blanco también se puede usar para rectificar.
Papel blanco o de colores. Para practicar existen muchos papeles económicos (papel de estraza), que en las escuelas de bellas artes se utilizan a tamaño completo de 60 cm por 90 cm, aunque se pueden cortar en el tamaño deseado. Nunca con papeles con plástico, en los que es imposible dibujar. Para trabajos más elaborados y de calidad deben emplearse papeles con más capacidad absorbente del carbón. Los papeles de dibujo al carboncillo más utilizados son los Faber Caster o los Ingres, que son papeles que tienen un gramaje fino, medio o grueso pero de gran calidad.

Consejos para trabajar bien con el carboncillo.
Primero se traza el dibujo con un carbón mediano. Cuando hay algún error de dibujo, basta con darle unos golpes con un trapo y el carbón salta del papel. Así se redibuja encima, pero no deben marcarse fuertes los trazos hasta que no esté el dibujo correcto.

Las zonas con manchas grandes de carbón (como los fondos negros) de realizan poniendo el carboncillo de lado, sobre todo trozos de carbón con un tamaño de 6 ´o 7 centímetros, para manchar más rápidamente la zona.

Se puede utilizar también el color negro en polvo (como si fuera el propio carboncillo rayado en polvo) cuando hay zonas grandes de color oscuro y expandirlo con esponja o con un difumino grueso.

Se puede trabajar en una mesa y en horizontal siempre que sea necesario, por ejemplo al expandir o manchar grandes zonas de negro, así se evita que el carbón manche el resto del dibujo.

Para crear sombras muchas veces se utiliza el propio difumino, que cuando está manchado es él mismo el que mancha y sirve como un lápiz blando. Para ello, incluso se va manchando el difumino sobre la zona con carbón y trazando después los dibujos o sombras suaves. A lo que se puede añadir más carbón y difuminar.

El dibujo se va fijando por fases, para que no se desprenda el carbón ya aplicado y poder oscurecer más algunas zonas del papel. Si no se tiene fijativo, las lacas del cabello sirven igual de bien.

Se debe tener mucho cuidado de no engrasar el papel, no con los dedos ni con las gomas comunes, pues genera marcas imposibles de eliminar, que incluso no permiten ser tapadas con manchas de negro.

A veces los carboncillos tienen nudos que son más duros y rayan el papel. Se debe vigilar que el carboncillo no lo tenga y lijarlos cuando sean detectados esos nudos.

Se debe tener mucho cuidado también con nuestras propias manos una vez manchadas, sobre todo con los brazos si trabajamos sobre una mesa horizontal, y con la parte de la palma con la que solemos apoyarnos sobre el papel.

La última fase del trabajo debe ser siempre fijar el carboncillo con el fijador, pues esto lo protegerá. Suavemente con la yema del dedo rozaremos las zonas del dibujo para comprobar que ya no desprende carbón. Con eso está bien fijado. Si no es así, se vuelve a pulverizar más fijador. Una vez bien fijado no se debe añadir más carbón ni rectificar. Y por último debe enmarcarse con cristal.








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